Joan Mateu Parra es fotoperiodista. Trabaja regularmente para The Associated Press, El Periódico de Cataluña, La Vanguardia, El Confidencial y otros periódicos. Ha cubierto en primera línea hechos como diversos desahucios en Barcelona, rescates de Open Arms, el encarcelamiento de Pablo Hasel o la crisis de refugiados de Ucrania, entre otros. Combina este trabajo con otros de mayor duración como los retratos en el ámbito de la música y el deporte.
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Te graduaste en diseño. ¿Qué te llevó del diseño al fotoperiodismo?
Durante el tercer o cuarto curso, ahora no lo recuerdo bien, hice la asignatura de ilustración aplicada al diseño, con Jordi Duró. Uno de los ejercicios era hacer como una historia, un cómic, e hice una pequeña crónica de una manifestación. Jordi me dijo que no estaba muy bien porque no era muy objetiva a nivel ”periodístico”.
Yo nunca me había planteado que el fotoperiodismo fuera ni un oficio.
Después me dijo que me seguía de hacía tiempo en Instagram y las fotos que publicaba de temas sociales en Barcelona. Yo nunca me había planteado que el fotoperiodismo fuera ni un oficio, pero él me sugirió que tirara por ese camino y me consiguió unas prácticas en la sección de fotografía del Diari Ara, que tenía convenio con EINA.
Aquellas prácticas las disfruté mucho y decidí formarme para ser fotoperiodista. Así pues, me inscribí al postgrado en fotoperiodismo de la UAB. Terminé ese curso ya como colaborador de El Periódico y poco después tuve la oportunidad, gracias a la sentencia a los presos políticos catalanes y las consiguientes protestas, de empezar a colaborar con The Associated Press.
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¿Qué te engancha de estar en primera línea en hechos tan impactantes como algunos de los que vives en directo?
La fotografía es una excusa para vivir momentos ”históricos” o historias que valen la pena, o incluso experiencias bonitas en primera persona.
Por poner algunos ejemplos: En Open Arms, una ONG que rescata a personas que intentan llegar a Europa jugándose la vida en el mar (eso es una historia que para mí es increíble), sin la cámara no la hubiera podido vivir nunca.
No soy socorrista, ni médico, ni marinero. Sin mi cámara nunca habría podido vivir esta experiencia.
Otro ejemplo es Sant Joan de Ciutadella. Es una historia muy distinta, pero no soy de Ciutadella, ni voy en caballo. En cambio, pude vivir la fiesta en primera persona porque le pedí a uno de los que van a caballo si podría contar su historia.
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En 2018 imprimiste en serigrafía (en gran formato) una fotografía de policías catalanes en un enfrentamiento en Barcelona. ¿Qué te hizo elegir esa imagen y por qué imprimirla en serigrafía?
Pues porque creo –no sé si lo recuerdo bien–, en la asignatura de técnicas de estampación teníamos que experimentar con fotos y utilicé mis propias imágenes.
Esta foto en particular era una protesta independentista donde se había lanzado polvo tipo festival Holi a la policía. Me pareció divertido hacer una cuatricromía. A la gente le gustó mucho.
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¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Ahora mismo soy fotógrafo y fotoperiodista autónomo. Mis principales clientes son La Vanguardia (a través de una agencia) y la agencia The Associated Press.
La fotografía es una excusa para vivir momentos ”históricos” o historias que merecen la pena.
También presto servicios de fotografía a cualquier empresa u organización que necesite un fotógrafo o hago cualquier cosa que sea tomar fotos.
Al final, si quieres ganarte la vida haciendo fotos, tienes que ”diversificar”. No sé si podría dedicarme solamente a la prensa. No me iba a ganar muy bien la vida, desgraciadamente.
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¿Qué planes de futuro tienes?
Seguir evolucionando y aprendiendo como fotógrafo de prensa diaria y agencias. Me gustaría ir escalando posiciones dentro Associated Press y que me pasasen más encargos.
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Resultats de traducció
También quiero empezar a tomar fotos de la gente que me rodea. Últimamente es algo que me apasiona. Si tengo una amiga que canta o tiene un grupo, me ofrezco a tomar las fotos. Es una forma de trabajar muy diferente de la de prensa y eso me gusta.
Al final, la cuestión es seguir sacando fotos y seguir viviendo de ello. A veces, sin embargo, sobre todo en fotoperiodismo, debes elegir entre tu vida, amigos, casa, tu ciudad, pareja,… o el trabajo.
Se supone que si eres joven y quieres ser uno de los grandes de este oficio, tienes que irte a hacer reportajes por todo el mundo. Pero no sé por qué a mí me sale más contar las historias que están cerca: un desahucio en la calle de al lado, una fiesta cultural interesante de nuestro país, etc.