Diego Sanz, alias Karramarro, es diseñador y deriva entre no-lugares y preciosas fachadas de comercios locales. Es el padre de Txapelpixel y forma parte de Vudumedia, estudio de diseño situado en Bilbao. Su mirada se clava en el entorno que le rodea y lo fija en forma de colección fotográfica en su cuenta de instagram.
1/
¿Qué te atrapa de la cara del comercio local que fotografías?
Me interesa retratar un tipo de comercio que va desapareciendo y que para mí es una metáfora de la evolución de la vida del barrio y de la ciudad.
Me gusta fotografiar ultramarinos, droguerías, zapaterías… tiendas con solera llenas de vida en las que se ve a la clientela o a los dueños frente al escaparate. También fotografío el lado opuesto, tiendas cerradas sin rótulos y con los escaparates tapados, que desgraciadamente cada vez son más habituales en el paisaje urbano.
Hace poco publiqué un artículo en El Salto Diario donde explico un poco más a fondo todo esto.
2/
¿Cómo nace Txapelpixel y qué caminos está tomando?
Surgió hace unos 20 años. Era la época de las webs en Flash a resoluciones de pantalla de risa y la estética pixel estaba muy en boga. Por aquellos años nos daba la sensación de que el diseño miraba demasiado hacia el mundo anglosajón, por eso hice este personajillo pixelado con txapela que intentaba unir ese entorno digital con lo local.
Solía hacer intervenciones por la calle y objetos y los publicaba en Fotolog (momento Boomer). La gente que seguía la cuenta hacía también sus aportaciones y nos enviaba fotos. Se editó un libro de Blur con todo aquel material.
Hoy en día, a pesar de que ya no le hago mucho caso, sigue resurgiendo por ahí. Cuando menos te lo esperas alguien te manda una foto de una tarta con su forma o un amigo se hace un tatuaje. Yo de vez en cuando sigo haciendo mis tonterías, sobre todo con tecnologías que van apareciendo, como pins cortados con láser, un cortador de galletas impreso en 3D o filtros de instagram.
3/
¿En qué estás metido, ahora mismo?
Ahora mismo estoy diseñando la imagen para un par de festivales de música locales y el Markina Shots, un proyecto en el que ya llevamos trabajando 17 ediciones y que me divierte mucho porque solemos intervenir en los carteles a mano.
Aparte de eso, sigo haciendo de fotógrafo dominguero y trabajando en esos proyectos aburridos que los diseñadores no solemos enseñar en redes y con los que nos ganamos las lentejas.
4/
¿Qué planes de futuro tienes?
Nunca he sido muy de hacer planes. Si me gustaría algo para el futuro próximo, es seguir aprendiendo y seguir jugando.