Dihue Miguens es diseñador y fotógrafo. Desde Kofi Matters investiga y crea biomateriales con residuos locales de café para diseño y arte sostenible. Forma parte del colectivo Remix El Barrio, punto de encuentro de cocreación entre diseñadores que proponen proyectos con restos de comida mediante técnicas artesanales y fabricación digital.
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¿Qué te llevó a focalizar tus proyectos de diseño a la investigación y experimentación en sostenibilidad?
La sostenibilidad ha sido un marco de referencia que ha aportado propósito a mis actos, y una serie de factores limitantes que me han permitido ser más creativo.
Hay un componente de reivindicación social, de empoderamiento y responsabilidad al asumir como propia la tarea de proponer alternativas que vayan acorde a nuestra visión óptima del mundo.
El diseño, para mí, siempre ha sido la herramienta que potencialmente tiene la capacidad de resolver cualquier problema, y la sostenibilidad es una gran palabra que se vacía de contenido si la usas para todo, pero al final es aquella que pone sobre la mesa las soluciones a los mayores retos que tenemos por delante.
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¿Qué es Kofi Matters y por qué café y no otro material?
Kofi Matters es un espacio de creación de biomateriales con residuos locales de café para diseño y arte sostenible.
La principal razón de la elección del café como material es porque creo que es más efectivo concentrar los esfuerzos en un área, ya que tengo la tentación de abarcarlo todo.
El factor determinante fue que en el programa abierto a la ciudadanía de biomateriales del FabLab Barcelona, buscamos residuos locales en Poble Nou con los que proponer soluciones de diseño creadas a partir de métodos artesanales y fabricación digital.
Casualmente, encontré los residuos de cáscara de café de Nomad Coffee en la misma calle, y el hecho de ser fibras me hizo pensar en la posibilidad de hacer un papel, y así tener una superficie sostenible con la que ofrecer mis servicios de diseño gráfico.
Conseguí hacer el primer prototipo de Kofi Paper, y con este me di cuenta de que el sector del café tiene el mayor potencial de impacto en la sociedad. Los residuos en forma de fibra y partícula permiten abarcar cualquier textura o resistencia con las distintas recetas de biomateriales. La cantidad de materia prima es inagotable, de fácil acceso y conveniente para manipularla cómodamente. Hay un público muy grande de consumidores y empresas que aman este producto, cosa que facilita mucho que un residuo pueda ser re-implementado en el ciclo productivo con el valor añadido del diseño y el arte.
A partir de ahí, me lo tomo como un caso de estudio con el que poder abrir camino a estos nuevos métodos de producción sostenible, ya que el café es solamente un vehículo discursivo con el que trabajar, luego habrá que aportar soluciones en cualquier otro ámbito también.
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¿En qué estás trabajando, ahora mismo?
Ahora mismo estoy en la fase de producción de los distintos tipos de papel de café que quiero poder ofrecer, y evaluando las distintas técnicas de fabricación que me permiten crear diseño gráfico.
Por ahora el corte láser y la serigrafía con tinta de café son los métodos sostenibles que aceptan materiales no estandarizados. El siguiente paso inmediato es conseguir que se pueda imprimir con ellos con métodos más escalables.
En paralelo, sigo desarrollando otros materiales con los posos de café, como un biocuero que permita crear desde libretas hasta carteras, y pudiendo grabar ilustraciones en ellas.
Con esta diversidad de materiales quiero poder ir ampliando la gama de soluciones de diseño sostenibles, artesanales pero industrializables, en el sector café.
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¿Qué planes de futuro tienes?
El futuro radica en la relación ciudad / pueblo entre Barcelona e Ibiza. Acabo de mudarme a la isla, y me estoy montando mi laboratorio de biomateriales.
Quiero ofrecer este nuevo paradigma productivo sostenible a las empresas y consumidores que buscan preservar los valores naturales de este paraíso.
Apuesto por adaptarme a los condicionantes ultra locales que hacen que cada región aporte sus soluciones al tejido global. Y contribuir a un cambio de mentalidad, en la que la producción local vuelva a ser de la mayor calidad posible, para que el turista que viene contribuya al desarrollo sostenible y no al expolio de recursos, contaminación y exclusión de clase.