Sit Cantallops es ilustradora y tatuadora. Un montón de puntos y mucha sensibilidad la llevaron de las Bellas Artes a montar su propio camino entre papel de calco y tintas veganas. Tiene prints a la venta y ha expuesto su obra en diversas salas de exposiciones, pero, sobre todo, imprime delicadas piezas en la piel de las personas.
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¿Qué diferencia física hay entre imprimir a través de una aguja sobre la piel humana o hacerlo con tinta sobre papel?
Cuando tatúas a una persona ya es la recta final del proceso del tatuaje, en mi caso, que ya tengo el diseño preparado previamente. Pero es un momento muy bonito de conexión con quien se lo hace (si os entendéis bien, claro), que es de carne y hueso, habla, se queja, sangra, se mueve, no es una superficie plana, opina y no puedes dejarlo aparcado para ir a poner una lavadora. Interactúa contigo, cosa que no hace un papel.
De tatuarse creo que engancha tener el poder de anclar diferentes momentos de la vida en formato gráfico.
Tiene una energía especial. Es una experiencia con muchas más dimensiones, digamos. Si haces el diseño de un tatuaje para alguien, ya hay una parte del proceso que está comunicándose con la idea de la persona que te ha hecho el encargo. Sabes que este dibujo deberá ser aprobado y validado por ese alguien externo y tú, de alguna manera, solamente intentas canalizarlo.
Cuando dibujas sobre papel, sin embargo, no tienes ninguna premisa externa. El proceso es diferente, mucho más libre.
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¿Qué significa, para ti, imprimir de manera permanente el cuerpo de una persona? ¿Cómo gestionas el concepto “permanente”? ¿Te pesa?
Al principio daba mucha más importancia a que fuera permanente de la que le doy ahora. Me ponía muy nerviosa, tenía miedo de hacerlo mal y que la persona tuviera que llevar algo feo en su cuerpo por mi culpa.
Me puedo ganar la vida tatuando y dibujando y eso me hace muy feliz.
Con el tiempo le quitas peso y trascendencia. Primero, porque acabas sintiéndote cómoda con la técnica y coges seguridad en ti misma, y después, porque le traspasas parte de la responsabilidad a la persona que se lo hace, ya que ella ha elegido hacérselo.
Para la persona es un momento especial y se debe tener cuidado en no banalizarlo, evitando vivirlo como un momento más “en el trabajo”.
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¿Qué es lo que engancha, de tatuarse? ¿Y de tatuar?
De tatuarse yo creo que engancha tener el poder de decorar tu cuerpo como te dé la gana y el de anclar diferentes momentos de la vida en formato gráfico. Además, el momento en sí tiene un punto de ritual.
Me gustaría poder viajar, con o sin máquina de tatuar.
Y de tatuar, lo mismo, pero desde la posición de ejecutadora, de quien lo hace posible. A mí personalmente también me engancha mucho conocer gente y compartir espacio de trabajo con compañeras del mismo sector.
Puedo decir que tengo la mala suerte de tener que trabajar pero la ventaja de pasármelo muy bien haciéndolo y de estar muy a gusto.
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¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Ahora mismo estoy un poco dispersa a nivel de saber hacia dónde tirar. Me puedo ganar la vida tatuando y dibujando y eso me hace muy feliz y, aparte, estoy dedicando más ratos a escribir, que lo tenía bastante aparcado, y a hacer dibujos de un rollo más costumbrista, a ilustrar cositas … Y a desconectar y leer …
También estoy dedicando mucha energía a tantear el mundo de las terapias alternativas y aprender cosas que no tienen mucho que ver con el mundo del arte gráfico, que siempre va bien para airear un poco el cerebro.
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¿Qué planes de futuro tienes?
Me gustaría encontrar algún formato que me motivara para publicar un libro, mientras espero que se acabe esta situación actual pandémica (en la que he aprendido muchas cosas, pero ya tendríamos suficiente) para poder marcharme a viajar (vamos, ¡que original!) con o sin máquina de tatuar.
¡Muchas gracias, Sit!